Un hotel precioso, ideal para desconectar
Al llegar a este hotel, lo primero que sorprende es el más que exquisito trato y amabilidad del personal. El hotel cuenta con dos partes, la Histórica, que es el antiguo convento con multitud de salas en las que sentarse a charlar o pasear por el claustro. La otra parte es donde se encuentra el SPA y, aunque no tiene el encanto de lo antiguo, también está muy cuidada.
Las habitaciones son ámplias, bien decoradas, terraza (para poder fumar). El baño tiene de todo, hasta taza de esas modernas con chorros y calienta asiento. Tienes también albornoz y zapatillas para poder ir más cómodo hasta el SPA.