Hay que admitir que está en plena montaña, con tranquilidad asegurada, y que la recepción fue amable, pero por lo demás no fue lo que esperaba.
Pues he de admitir que fue un completa decepción, pero más porque me había hecho unas expectativas de que aquello era un cortijo antiguo reconvertido en hotel, y es más una mezcolanza de estilos de dudoso gusto decorativo, en un hotel pensado para hacer celebraciones.