Esperanza
El hotel tiene la construcción típica d...
El hotel tiene la construcción típica de los sitios de montaña, con mucha piedra y madera. Lo primero que me llamó la atención al llegar fue la cantidad de ventanales enormes que había repartidos por todo el edificio; desde luego, había muchísima luz durante todo el día.
Nada más entrar, a la izquierda está la recepción, donde nos recibieron muy amablemente. Allí al lado hay un par de ordenadores con acceso a internet (funcionan con monedas, y creo recordar que costaba 1 euro una hora de conexión), enfrente un espacio bastante grande con mesas y sillones comodísimos, a la derecha el bar y al fondo los accesos a la piscina, el gimnasio, la biblioteca y la tienda (donde te venden cualquier cosa relacionada con el esquí, por si acaso se te ha olvidado algo). En el sótano están los guardaesquís, aunque no los utilicé porque no fui con intención de esquiar.
...:: LA HABITACIÓN ::...
El hotel tiene un total de 149 habitaciones, y la mía era una de las dobles. Al entrar tenía un armario empotrado (con caja fuerte incorporada) a la derecha, y el baño a la izquierda. En la habitación había una cama de matrimonio bastante grande, un escritorio con un par de sillas y un mueble bar. Los suelos del dormitorio eran de madera, al igual que los muebles.
El baño era bastante grande, e incluía todas las cositas típicas que se suelen encontrar en casi todos los hoteles: Gorros de ducha, jabones, geles de baño, peines, esponjas, cepillos de dientes y pasta, etc.
...:: EL DESAYUNO ::...
Lo servían de 8 a 10'30 y era de tipo buffet; cada uno iba cogiendo lo que le apetecía. Se podía desayunar tanto zumos de fruta como café, infusiones, colacao; acompañado de cereales, bollería, tostadas, embutido, fruta, etc. Era bastante completo, para empezar el día con energía.
...:: LAS INSTALACIONES ::...
Como ya he dicho, el hotel tiene guardaesquís, biblioteca, piscina y gimnasio. Lo bueno de todo esto es que la gran mayoría de la gente que estaba allí alojada había ido a esquiar, así que casi todos madrugaban bastante para poder ir cuanto antes a las pistas. Como yo no tenía planeado esquiar, madrugaba también y, después del desayuno, me dedicaba a estar un rato en la piscina (que también tenía baño turco, sauna y jacuzzi).
Lo más llamativo del edificio donde está la piscina es que todo el techo está acristalado; era una sensación muy agradable estar allí metido en el agua, que estaba bastante templada, y ver por los cristales todas las montañas nevadas.
Por cierto, también tenían servicio de masajista; una de las monitoras del gimnasio es también fisioterapeuta, así que una tarde me animé a pedir que me dieran un masaje para los dolores de espalda. La verdad es que me pasé allí más de dos horas, pero entre los barros, la ducha alternando el agua fría y caliente y finalmente el masaje, me quedé como nueva (a pesar de los 60 euros que me cobraron; lástima que esto no estuviera incluido en el precio de la habitación...).
...:: MÁS COSAS ::...
Quizás el hotel está demasiado cerca de la carretera; mi habitación daba a la fachada trasera (la que comunica con el edificio donde están la piscina y el gimnasio), así que no tuve problemas de ruidos. Pero esta carretera tiene bastante tráfico, así que supongo que en las habitaciones que dan a la fachada principal se notarían un poco más los ruidos de vehículos pasando por allí.