Una esperiencia fustrante
En realidad es un apartahotel por que permite meter el coche en el bajo desde el que se accede a la habitaciòn.
Cuando entras te encuentras una cama de 2 x 2 con el colchon cubierto por un empapador para las personas con incontinencia. Solo tiene una luz central y una lámpara de suelo. No hay cajones. El aire acondicionado se acciona desde la recepciòn y tienes que llamar para que lo conecten. No hay papelera, salvo da diminuta del cuarto de baño. Tiene una bañera hidromasaje inmensa que tarda mas de media hora en llenarse. Solo funcionan la mitad de los chorros de aire. La ducha está incorporada en la bañera pero es extensible sin soporte fijo y si mides mas de 1,70 m. tienes que arrodillarte para poder mojarte la cabeza. La nevera, cada vez que se conecta y desconecta el sistema de frio, hace excesivo ruído para un electrodoméstico icluído en un dormitorio. Las cortinas de la ventana rotas o perforadas.
El acceso al comedor de los desayunos es en pendiente cubierto con un peligroso sintasol muy resbaladizo cuando está mojado y que nos dio un par de sustos.
Las llaves siempre hay que dejarlas en recepciòn que es como un puesto de peaje de autopista con barreras manipulables desde dentro y sin acceso exclusivo para personas.
En fín la publicidad de internet no hace honor al servicio que ofrecen.
Por cierto el primer día nada mas llegar le comunicamos al dueño que la bañera no taponaba el desagüe y aparte de poner mala cara y hacer gestos nos comenta que no hacemos mas que dar trabajo. Sin comentarios.
Nos fuimos un día antes de lo previsto en la reserva.