Excelente? No, qué pena!
Este hotel se basa en un antiguo hostal de los años 20 del siglo pasado construido para albergar a los arqueólogos de las colindantes ruinas de la ciudad griega de Empúries. El emplazamiento, inmejorable, delante de la playa, los alrededores fantásticos, con caminos rodeados de pinos y dunas muy bien cuidados, la arquitectura, embaucadora, ecológica, un tanto fría, En defintiva, se trata de un establecimiento que lo tiene todo para resultar excelente, pero al que le falta o le sobra algo que hace que no te sientas a gusto , que no te sientas del todo cómodo. Las habitaciones son austeras, pero suficientes con un decoración minimalista, sencilla y elegante y una cama confortable. Mención aparte merece el servicio del hotel. En recepción, muy bien, solícitos, amables, muy bien. Mención aparnte merece el apartado gastronómico. Es innecesaria y artificiosamente complejo, y muy caro. Nuestra experiencia actual -en estos momentos estoy aún alojado-, es la siguiente: De las tres opciones que ofrece el hotel nos decidimos por la barbacoa. Vaya por delante que la calidad del producto era excepcional, pero el servicio muy malo y el precio inexplicablemente caro.