Oviedo al alcance de todos
Hace unas semanas decidí visitar la capital asturiana para escaparme unos días del estrés. Haciendo honor al origen de mi nombre, había visitado hacía unos años los lagos de Covadonga y la zona de Llanes y Cangas de Onís. Fascinada por el paísaje natural, la amabilidad de sus gentes y su cocina tradicional, no pude resistirme a volver a este paraíso casi desconocido.
En primer lugar, busqué un hotel asequible y que se adaptara a mis necesidades. Entonces, descubrí que habían abierto recientemente un hotel ibis en Oviedo. Por motivos de trabajo y me había quedado anteriormente en hoteles de la marca ibis y siempre me había sentido muy agusto. Lo que más me gusto del establecimiento, a parte de sus recién estrenadas instalaciones, fue la amabilidad del personal quien me explico diferentes lugares de la ciudad que debía visitar.
Una vez depositado el equipaje en la habitación, me dirijí a conocer el casco antiguo de la ciudad. Una vez allí, pudré contemplar la magestuosidad de la catedral y descubrir grandes ejemplos del arte pre-románico.
Tras caminar durante un buen rato, decidimos ir a probar el plato estrella de la cocina asturiana: La fabada, eso si, acompañada de sidra. En la calle Gascona encontramos un gran número de sidrerías con menús del día muy asequibles a cualquier bolsillo.
Antes de que llegara la noche, decidimos ir de compras por la calle Uría donde encontramos una gran selección de tiendas.
Finalmente, me gustaría recomendar Oviedo a gente de todas las edades, ya que existen una gran variedad de oferta para todo tipo de viajeros.
