Por casualidad
Aterricé en este hotel por casualidad, días de trabajo en Sabiñanigo y tras dejarme llevar por las indicaciones de un lugareño contándome lo nuevo y bueno que era, decidí verlo por mi mismo.
El hotel es ENORME, demasiado teniendo en cuenta el entorno en el
que se encuentra. Han creado un complejo de residencias, hotel y campo de golf en medio de la nada... así que a no ser que tu visita sea por practicar el deporte del palito y la pelota, el lugar está lejos de todo y no tiene sentido ir, hay otros complejos más cercanos y con más vida. Por otra parte, si necesitas madrugar o llegas tarde por trabajo a cenar, CUIDADO, el desayuno empieza a las 8h y la cena termina a las 22:30h.