En este puente de Mayo encontrar...
En este puente de Mayo encontrar alojamiento en Toledo se convirtió en una odisea. Ya nos íbamos hacia las afueras, donde podría ser más fácil hallarlo, cuando nos tiramos hacia la derecha siguiendo las señales de varios hoteles, entre ellos éste.
Aparcamos en zona verde, para residentes, pero hubo suerte y nos dieron las ocho de la tarde sin que apareciese el controlador. A partir de esa hora ya no te multan. El hotel tenía habitaciones libres, primero nos instalamos en la planta superior y luego nos fuimos a otra habitación de la planta noble hasta que nos repararon la antena de la televisión que no iba.
El hotel es un caos. El personal es muy amable, el desayuno buffet muy completo, pero es una casa toledana. Pasillos, escaleras, más pasillos, más escaleras, habitaciones por todos los huecos. Aquello era un lío. Por la parte trasera estaba la sala de estar, una antigua recepción y varias salas de uso común. Pero la parte delantera era mucho más amplia.
Otro problema es que la cafetería sólo abre para el desayuno buffet, por lo que tienes que recurrir a la máquina de aperitivos. La habitación es amplia, nos salió por 55 euros y estuvimos cómodos.
Eso sí sólo disponen de calefacción y el encendido se hace desde recepción. Supongo que en Toledo no necesitan aire acondicionado.
Te dejan un libro sobre la mesilla, distinto en cada habitación. En la que usamos trataba sobre El Alcázar. Es una buena ubicación, frente a la Puerta de Bisagra. El coche lo puedes dejar delante si llegas tarde o en los Aparcamientos Públicos, que están muy cerca y son gratuitos y vigilados.


