Le sobran unas cuantas estrellas
Este mes me alojé una noche en este hotel. Lo elegimos por su precio (unos 65€ por una habitación triple, sin desayuno), porque tenía aparcamiento gratuito y porque estaba cerca de Baiona, localidad que queríamos visitar.
La verdad es que según te aproximas al hotel, ya se ve que más que un hotel de 3* es un hostal, tanto por las infraestructuras como por la decoración y mobiliario.
Según la publicidad que se puede encontrar en el propio hotel, ha sido totalmente reformado en 2008, pero es difícil de creer viendo el estilo y el estado del mobiliario de las habitaciones. Los muebles de la habitación no pegaban unos con otros y por su estilo estaban totalmente anticuados y pasados de moda. Además, en el baño no había mampara, tenía cortina, cosa extraña para un hotel reformado hace tan solo 3 años...
Las puertas eran de abrir con llave, no con tarjeta, otro detalle que nos hizo pensar que era imposible que lo hubieran reformado hace poco. Las puertas de las habitaciones eran de un estilo muy antiguo también.
Dispone de Wi-Fi gratuito en todo el hotel, pero en nuestra habitación de la tercera planta no conseguimos utilizarlo, ya que la señal era débil y no debía de llegar hasta allí.
El día que nos fuimos, pasamos por delante del buffet del desayuno, y nos alegramos de no haberlo cogido, ya que consistía en unos croissants medio quemados, tostadas, bollería de paquete (tipo Martínez), jamón york y queso, mermelada, algo de fruta, botes de zumo y café. No tenía muy buena pinta y costaba 7,5€.
En fin, si hubiera sido un hostal me hubiera parecido adecuado, pero una se espera algo más de un hotel de 3 estrellas.


