Hotel Quintana del Caleyo

En esta vida de guerrero en la jungla del asfalto, que nos ha tocado vivir, llegan momentos en los que necesito el descanso y reponer fuerzas, siempre elijo lugares especialmente tranquilos, rodeados de la naturaleza que no tengo en la ciudad y este año buscando en una guía de hoteles con encanto, descubrí este lugar, me enamore de el ya con las fotos y vídeos que tenían colgados en su web, la realidad fue muy superior a lo esperado, la Quintana es espectacular, la naturaleza que la rodea te trasporta a tiempos pasados donde el ser humano vivía en perfecta armonía con ella, el silencio, las vistas

Localice este hotel, para alojarnos en nuestra visita a Muniellos, no lo conocía llegamos anochecido y no pudimos ver el entorno, ya nos sorprendió con su imagen nocturna, tal cual una aldea Asturiana perdida en medio de la nada, con sus faroles de luz anaranjada y sus construcciones de hórreos de madera, realmente alucinante, Nos recibió Iñaki, de una forma muy especial, preocupándose por nuestro viaje y si necesitábamos cualquier cosa, nos extrañó mucho que no nos pidieran lo primero el dni como hacen en todos los hoteles, excelente cena, carrilleras de ternera y un flan que llaman vaqueiro que es para chuparse los dedos, buen vino y tras unos cubatas a dormir, un silencio espectacular de monasterio, dormimos como lirones y el silencio es tal que nos despertamos tarde, pero el espectáculo de las vistas del valle y las montañas a través del balcón, nos dejó despiertos de asombro, después de desayunar muy rápido pero muy bien, salimos echando leches para el Parque de Muniellos.

Perdido entre los montes Asturianos, cerca y a la vez lejos de todo, se encuentra un remanso de paz donde descansar... sin más. Solo me queda agradecer al destino que me haya permitido llegar hasta allí

El hotel de trato familiar, ubicado en un remanso de paz, es el lugar ideal para perderse y desconectar de la voragine diaria. La estancia se hace agradable en cualquier rincón, el trato es directo y personal.

Las instalaciones son adecuadas al enclave, con una decoración rústica justa y nada presuntuosa, cuidando el detalle y sin excesos innecesarios (en otros lugares hay un decorado artifical).

El entorno es ideal para hacer senderismo, y los alrededores merecen la pena. La playa está cerca, aunque el lugar invita a no moverse de él.

Lo recomiendo.

Buscaba un aislamiento cómodo del estrés de la ciudad, un lugar tranquilo, rodeado de prados y bosques verdes, libre de contaminación, donde despertar en silencio y magníficamente atendido. Y ahí está