De todo un poco y bien situado
Ante todo hablamos de un hotel Victoriano, construido en una época donde las localizaciones, por decirlo de alguna manera salvaje, gustaban mucho, a modo desintoxicación de la urbe y la vida agidatada en la misma (lo cual parece estar de moda igualmente ahora). Su localización es idílica, junto al castillo de Doune y una vez más es un buen ejemplo de hotel privado y rural en Escocia.
Esto tiene un claro significado, habitaciones un poco a la antigua (incluyendo camas de 4 postes) y un precio accesible. A esto se le suma el pub/restaurante que asegura chimenea y un ambiente local que por lo general es tranquilo. Así que en el sentido restauración todo marcha junto, más o menos. Niveles de limpieza buenos y la comida está bastante bien (relación calidad-precio).