Este hotel de 4 estrellas de la cadena...
Este hotel de 4 estrellas de la cadena Sol Meliá se encuentra en el número 611 de la Calle Alcalá, cerca de la M-40 y del aeropuerto pero a unos 7 km del centro de Madrid aunque está bien comunicado a través de autobuses y metro (a unos 200 metros la estación de metro Canillejas, línea verde). No hay parada de taxis cerca, pero si quieres uno en la recepción lo piden por teléfono y en unos 10 minutos lo tienes en la puerta (ir desde el hotel a la calle Serrano nos costó 14€).
En esa zona no hay nada, ni cultural ni de compras ni de marcha nocturna. Únicamente alguna sucursal bancaria, un Burguer King, Telepizza, y un par de mesones frente a la parada de metro, donde ofrecen tapas y un menú del día que está bastante bien por 11€. En la calle posterior al hotel había una especie de urbanización de chalets. Es una zona más bien residencial, y complicadísimo de aparcar.
Es un edificio nuevo de 5 alturas que tiene 93 habitaciones. La verdad es que elegimos este hotel porque tiene piscina (era Agosto); no es muy grande pero suficiente para darse un chapuzón. Estaba rodeada de una terraza con hamacas, sombrillas, sillas y mesas de jardín de plástico y tenían también servicio de socorrista y vestuarios.
La habitación era bastante amplia, con dos camas king size, escritorio (sobre el que hay un espejo), tv (con Digital Plus), armario con caja fuerte, teléfono, minibar, banco maletero, una butaca con una mesita, y aire acondicionado a través de rejilla en el techo regulable mediante termostato. También tenía conexión telefónica a Internet al precio de 3 €/hora (la adsl estaba en el ordenador del bar). La habitación era muy luminosa, con dos grandes ventanales (una de ellas balcón con vistas a la piscina) y el mobiliario en tonos claros de haya y de líneas rectas, con suelo de parquet.
El cuarto de baño era muy grande, con bañera grande con mampara de cristal, los sanitarios y un lavabo encastrado en encimera de mármol; había secador de pelo y espejo de aumento. Los alicatados eran tipo mármol en tonos rojizos, contrastando con el suelo y la encimera en tonos claros; todo en brillo pulido dando aspecto de mayor limpieza. Me llamó la atención que no había surtido de amenities salvo un dispensador de jabón y un cartelito que pidieras en recepción si necesitabas algo más.
Aunque indican que hay servicio de habitaciones, éste era concertado con Telepizza. El personal de recepción muy amable y atento, nos dieron un plano y todo tipo de explicaciones sobre cómo movernos en la gran ciudad, sitios de ambiente nocturno, etc.
Las instalaciones comunes estaban muy cuidadas y nuevas, aunque me pareció que tenía pocos servicios para ser un 4 estrellas, tan solo la sala del restaurante y una pequeña barra de bar; éstos con horario muy limitado que se suplía con máquinas de vending en la recepción, y un único ordenador con conexión adsl.
Me parece una buena opción si vas a Madrid en verano por el tema de la piscina, y tiene muy buenas comunicaciones tanto con el centro de la ciudad como con la salida hacia el aeropuerto. El hotel está muy bien pero en mi opinión no es digno de una tarifa de 170€; me pareció un hotel bastante normalito, correcto pero sin pluses en cuanto a amplitud de servicios ofrecidos, ni decoración ni entorno.
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