luisfernando
Llegamos a este hotel después de 10 ...
Llegamos a este hotel después de 10 horas de conducción desde Bretaña bajo una lluvia constante y eterna que terminó por causarme un cansancio infinito, aparte de dejarme cara de limpia parabrisas.
Mi intención hubiera sido llegar a pernoctar en España pero fué imposible. Eran ya las diez de la noche y pese a haber parado unas cuantas veces en el trayecto, las piernas me pesaban una enormidad y los párpados pretendían cerrarse por lo que ayudados por el GPS nos dirigimos a este lugar.
Como todos los hoteles IBIS el lujo brilla por su ausencia pero la limpieza y una cama caliente te ayudan a quitar todos los males.
El comedor estaba ya cerrado y en la ciudad no encontramos ningún restaurante abierto para cenar, pero como la experiencia es la madre de la ciencia y después de tantos viajes en coche, como siempre llevábamos la nevera portátil con jamón, chorizo, cervezas y pan de molde por lo que la mini cena la hicimos en la habitación como en otras ocasiones.
Nuestras aventuras y desventuras por Europa nos ha enseñado que no e necesario un "HOTEL DE LUJO" para descansar, simplemente nos conformamos con algún lugar limpio y seguro para hacerlo.
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