El rascacielos del norte
Quizá lo que más llama nuestra atención desde que empezamos la aproximación a Akureyri sea la espectacular iglesia que se levanta en lo alto de una colina, obra del genial Samúelsson, autor del espectacular templo Hallgrímskirkja de Reikiavik.
Gigantesca desde abajo, como un rascacielos neoyorkino de los años 20, tiene un porte y una elegancia difícilmente superada por otras iglesias contemporáneas. Desgraciadamente estaba cerrada en el momento de nuestra visita, así que nos quedamos sin ver el fastuoso órgano de 3.200 tubos, un barco que cuelga del techo y que forma parte de la tradición de las ofrendas que se hacían para proteger a los seres queridos que surcaban los mares y la vidriera que en su momento decoró la catedral de Coventry en Inglaterra y ahora forma parte de la bella estructura de la iglesia.