Iglesia de Copacabana

Emplazado sobre el Titicaca y mejor punto de acceso a las islas flotantes de los Uros, Copacabana es un pueblo minúsculo, de arquitectura humilde con algunas pocas casas coloniales. En ese entorno tan sencillo la iglesia del pueblo deja a uno mudo de sorpresa. No sólo el templo es enorme y precioso, sino que tiene un estilo entre manierista y mudéjar. ¿Qué hace aquí una iglesia de esas características? La historia tiene sus curiosidades… Cuando los españoles llegaron a Copacabana se quedaron pasmados con la importancia de los cultos de la cultura Aymará que se desarrollaban allí. Por eso decidieron construir un templo que eclipsara cualquier otra religión que no fuera la católica.

Copacabana es un pueblo tranquilo a la frontera entre Perú y Bolivia, en la orilla del lago Titicaca.
Su iglesia es en realidad una catedral, construida en este centro, ya importante al nivel religioso para los incas. Ellos piensan que es la cuna de nacimiento de su civilización. Entonces llegan numerosos de peregrinaje para ver la Virgen de Copacabana, que también se conoce como la “reina de Bolivia”. Es la Virgen más venerada del país.
La catedral fue construida en 1580 después de una aparición de la Virgen, en un estilo moro que recuerda las iglesias del sur de España.
El fin de semana puedes observar un ritual muy peculiar, la gente llega, a veces de muy lejos, para bautizar su coche.

Llena de tradiciones hermosas, conglomera miles de fieles a todo momento para bendecir sus vehículos sobre todo.

Copacabana, a orillas del lago Titicaca es un pueblo pequeño en el que hay una iglesia curiosa por su color blanco resplandeciente y sus tejados de azulejos de colores.

Conocido por el fervor religioso que atrae a infinidad de devotos que vienen a visitarlo en su fecha festiva.

Con fe y devoción y no olvidar pasar por la capilla para poner velas.