De raíces noruegas
Husavik es, con sus coloridas casas, museos únicos e impresionantes picos nevados al otro lado de la bahía, la localidad pesquera más bonita de la costa norte.
Según se dice es el auténtico y verdadero escenario del primer asentamiento nórdico de Islandia, fundado por el sueco Gardar Svavarson y poblado por los esclavos que dejó atrás al partir en busca de nuevas tierras que colonizar.
Una vez que pasó la época de los dioses paganos y se instauró la nueva religión cristiana, varios templos e iglesias alimentaron el hambre de fe de los islandeses de la zona, pero no fue hasta 1907 que decidieron levantar con madera traída de Noruega, la preciosa iglesia de Húsavikurkirkja.
De paredes inmaculadamente blancas, con traviesas de color rojo y un techo azul como el mar, tiene más el aspecto de una casa de los alpes suizos que de un templo luterano.
Dentro, en un espacio muy pequeño y en forma de cruz se desarrolla la liturgia establecida por siglos de rebeldía religiosa, gobernantes y clérigos de paso y sobre todo una personalidad muy islandesa.