Iglesia de la Virgen de las Tres Manos
Esta diminuta iglesia, puede pasar desapercibida si no vamos con mucho tiento, ya que está situada en la casa de un comerciante, es decir, el comerciante, piadoso y con gran fe, convirtió su casa en un templo de dos pisos.
Cuando entramos a la iglesia vemos con ternura, el arte popular de Tallín en su más popular expresión. Un altar presidido por la Virgen de las Tres Manos, otros pequeños iconos de santos y lo más importante, unos iconos inéditos ya que reproducen animales y plantas de la zona, con su nombre en latín y una descripción en cirílico.
La leyenda de la Virgen de las Tres Manos es la siguiente: En el siglo IX durante el tiempo de los iconoclastas, San Juan de Damasco defendía a capa y espada la veneración de los iconos. Debido a esto, fue calumniado por el emperador iconoclasta León III, que informó al califa de Damasco que San Juan estaba cometiendo actos de traición.