Roberto Gonzalez
Iglesia de San Jorge
Era la primera iglesia en ladrillo rojo de Alemania que visitaba, y seguro que eso se me notó en los ojos y en mi boca abierta según traspasé el umbral.
Porque por fuera impresiona, te puedes hacer una idea de la altura al ver las paredes, los vitrales y las torres, pero una vez dentro, el vacío de la ornamentación, la fuerza visual del ladrillo y lo enorme del espacio te hace realmente sentir el sobrecogimiento que de igual modo sentirían los feligreses que acudieran a orar a lo largo de los siglos.
Realmente es uno de los propósitos de este tipo de iglesias, impresionar, asombrar, dejar entrever la grandeza de la obra de Dios en la tierra.
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