Serenidad en el centro de Barcelona
Todo un tesoro oculto tras la grandiosidad y alboroto de la Plaza de Cataluña y el Portal del ángel. Uno de mis últimos descubrimientos en Barcelona gracias a un concierto de dúo de guitarra clásica española al que asistí.
Barcelona tiene lugares increíbles, pequeños tesoros amagados, pero la Iglesia de Santa Ana es un rincón mágico, de los que te llenan el alma una vez entras. Yo me pregunto, ¿cuántos quedan por descubrir?
Por supuesto, días después del concierto he vuelto para visitar con tranquilidad el conjunto de la iglesia y sus alrededores.
El día ha amanecido gris y lluvioso lo que ha hecho que el lugar se presente, si cabe, más mágico. La lluvía repicando en las hojas de palmera y arbustos convierten el claustro en un pequeño oasis de tranquilidad y paz. Parece mentira que tan solo a unos metros se encuentre el centro neurálgico de Barcelona.