La polvera
Quien no haya buceado nunca en Internet o leído alguna que otra guía sobre Berlín, al llegar a la plaza donde se encuentra la iglesia del Kaiser, no sabrá nunca que detrás de los acristalados muros de una especie de bunker de anodino color gris se encuentra un templo.
Se trata de la Iglesia Nueva, construida en 1961 para expresar la convivencia armoniosa del pasado y el presente en la ciudad y fomentar una actitud de respeto que los alemanes han procurado llevar a cabo durante todos estos años.
La iglesia está envuelta por más de 20.000 cristales fabricados en Chartres y completamente aislada del ruido exterior. Dentro la decoración es austera y destaca la figura de Jesucristo bañada en resplandeciente dorado, que contrasta enormemente con el azul que emana de las teselas de cristal.