Carlos Olmo
Un pecio que vino de una tragedia
Los divemaster filipinos no quieren bajar a este barco hundido, y no me extraña, porque en su hundimiento en 1988 murieron 200 personas, el barco hacía la ruta entre Cebú y Manila y un tifón lo mandó a pique. Es un barco enorme, está invertido sobre el fondo a unos 25 metros, y la pena es que no suele haber buena visibilidad, pero es muy interesante ver la cantidad de corales blandos que se han instalado en su casco,
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