Isla de Lobos

Hasta hace poco, la Isla era privada, pero hoy es un refugio ornitológico y un destino ideal para los amantes del submarinismo.

Si estás en forma, anímate a cruzar a nado el estrecho de la Bocaina: 3.400 metros de distancia que separan Lobos de Corralejo.

Si se te hace duro, puedes llegar al islote en el barco que parte cada día de Corralejo a las 10 h y regresa de Lobos a las 16 h (15 €), yo volví en el de las 13h pero con el tiempo justo. El trayecto dura escasos 20 minutos.

Por cierto: Aquí no hay lobos ibéricos ni marinos (focas monje), que fueron quienes bautizaron este lugar antes de que se extinguieran debido a la presencia del hombre.

A Lobos podemos llegar de muchas maneras, en ferry, en kayak, en moto de agua, en lancha y para los más atrevidos y resistentes, a nado. Si es por ferry por donde llegas, échale ganas al asunto pues si tu objetivo es ver la isla entera, no solo deberás caminar los senderos, sino deberás saltarte las tan repetidas señales de "No salirse del sendero". No tengas miedo a hacerlo, aunque si debes tener respeto al lugar, pues hay que tener cuidado a no caerse por las piedras, aunque yo ya me encuentro acostumbrado a caminar por ellas, eso sí, con lo que si que hay que tener cuidado es con los pantanos.

Habíamos leido comentarios muy buenos sobre la Isla de Lobos y, personalmente, fue un poco decepcionante...
La Isla de Lobos es una isla puramente volcánica y por lo tanto lo que ofrece son característicos mares de lava...pero no tan diferentes a los que se pueden ver en Fuerteventura o Lanzarote.
Fuimos a Lobos esperando encontrar playas bonitas y semi-vírgenes y realmente, sacando una bonita cala donde pasamos el día, llamada "El puertito" (con poco espacio para poner la toalla, por cierto), poca cosa más hay a destacar.

Al ser octubre, los Barcos que te llevaban a la isla habían reducido sus horarios (el último que nos llevó de vuelta a Fuerteventura salia a las 16) con lo que no pudimos aprovechar el día tanto como hubiésemos querido. El precio del barco, ida y vuelta, son 15€ persona.

Alquilamos un velero desde Playa Blanca en Marina Rubicón y salimos navegando hacia Isla de Lobos. La experiencia fue increíble. El patrón nos enseñó como manejar la rueda del timón y rápidamente llevamos nosotros el velero que empujado por el viento que aquí siempre está presente, nos desplazaba a unos 9 nuevos de velocidad. Pero lo mejor estaba por llegar.

Pasamos de un paisaje volcánico y agreste a quedar impactados por el verde esmeralda de la Isla de Lobos. ¡Qué maravilla!. Fondeamos en uno de sus rincones y tomamos un baño en sus tranquilas aguas. después Carlos, el patrón, nos llevó a un chiringuito de esos que no cambiarías por ningún restaurante de estrellas Michelín, porque sencillamente comer aquí en ese entorno no tiene precio.