Flotando en el tiempo
A estas islas situadas en la parte peruana del lago Titicaca, se llega en barca motora desde Puno. Tienen la peculiaridad de que son artificiales, ya que están construidas con la planta de totora que crece en el fondo del lago entretejida, y periódicamente sustituida por su deterioro en el tiempo. La sensación de flotar se percibe al pasear por ellas, aunque también resultan muy seguras ya que tienen entre dos y tres metros de profundidad, al parecer.
La totora les sirve a sus habitantes, los Uros, de sustento en todos los sentidos: como material de base y construcción de sus cabañas de una única habitación y de sus barcas, y también de alimento, junto con animales de corral y la pesca. También obtienen ingresos de la venta de tejidos a sus visitantes.