Hotel Isleta de Gaia

Tal vez si quieres un lugar remoto para hacer una fiesta entre amigos puede que valga la pena, pero lleva tus botellas, hasta así te cobra un descorche para beber en su hotel, pero es menos que si tuvieras que pagar vino de ahí.
Lo único bueno es que te prestan canoes para ir por el manglar por la mañana (con mucho repelente de mosquitos!!) es precioso.

La playa es hermosísima y la vista al mar desde el restaurante es espectacular, con una brisa deliciosa que para qué les cuento. Como es un lugar remoto casi no hay gente así que te evitas las aglomeraciones. Vecino al hotel hay solamente unos pocos chalets privados. Como otros han dicho, de Pacífico este mar no tiene nada. Olas muy fuertes, alfaques, etc. Pero es divertidísimo si no te alejas de la orilla y no haces tonterías.

OK ya les compartí por qué "no" es una estafa. Ahora les diré por qué sí "ES" una estafa: porque Frederic el dueño (un francés que habla buen español, con acento más alemán que francés) crea expectativas falsas - y se aprovecha de lo aislado del lugar para cobrarte por todo más de lo que vale: desde el hospedaje hasta el restaurante, las bebidas y el agua. El principal problema es cierta actitud arrogante que tiene ese señor. Coincido en que es bastante raro, y estar uno aislado allí a su merced no es muy tranquilizador. (De hecho ESTÁS totalmente aislado, porque la lancha que tan amablemente te lleva al hotel desde el embarcadero de Las Lisas (lanchero que el dueño te recomienda) NO llega por ti si tú la llamas, sino SÓLO cuando el dueño la llama. Léase: te tienen prisionero, rehén - y cualquier disputa sobre la cuenta tendrá que ser arreglada a favor de ellos - aunque tengas razón. Hasta da miedo quejarse. Frederic se toma sus copas, y en varias ocasiones pude sentirle fuerte olor a alcohol. Si le llevas la contraria en cualquier cosa pone ojos de loco. Fuera de esas manías (siempre que no le lleves la contra) es bastante amable. Las patojas y señoras que trabajan para él son gente sencilla y sin mucha educación o conocimientos sobre nada, pero son gentiles.

Lo peor es que el restaurante tiene un menú MUY limitado, con todo carísimo y sin platos para niños (no hamburguesas ni pizza aquí). Unas pocas opciones de pasta simplona, camarones a precio de oro, algunas ensaladas y poco más. Y efectivamente el pescado es congelado (lo cual puede ser bueno para tu salud, siempre que haya estado congelado desde su pesca), así que nada de soñar con exquisitos mariscos frescos a la orilla del mar. El ceviche es una basura que por cierto le produjo diarrea a dos amigos durante el viaje. Aparte del pésimo cevichito la comida no es pésima, pero no es muy rica tampoco. Dejémoslo en mediocre. El dueño prohíbe llevar comida al hotel, así que prepárate para una ENORME cuenta de alimentos y bebidas al salir (sugerencia: lleva muchas botellas de agua pura). Las bebidas (léase limonadas, etc.) son pequeñas y carísimas. El restaurante sólo abre a ciertas horas muy limitadas. Si te retrasas, te quedas con hambre. En realidad en esas circunstancias comprendo que la comida sea más bien cara. Lo que no es aceptable es que el menú sea tan corto.

En conclusión, si llegas sin expectativas, conociendo las debilidades del lugar y las manías del dueño, buscando sólo un lugar limpio dónde dormir y darte un chapuzón lejos de las aglomeraciones, te la puedes pasar muy bien. Si esperas mayores comodidades, variedad de comida y múltiples actividades, probablemente no te gustará.

Me gustaría que hubiera más opciones de hoteles decentes de playa en Guate. Así no tendría que regresar a Isleta de Gaia. Le pongo calificación de "muy bueno", o sea dos deditos, porque como decían las abuelitas "peor es nada". Pero el dueño de Isleta, si quisiera, con una mejor actitud y unos pocos cambios, podría hacerlo mucho más agradable.