Carlos
Sesión de sauna y baño en una playa finlandesa
Bañarse en el Mar Báltico no es fácil para alguien a quien le cuesta meter un pie en el Mar Mediterráneo. Hay, sin embargo, un truco que facilita el hecho de darse un chapuzón en este mar, al menos en verano: disfrutar antes de una buena sesión de sauna. La sauna es muy buena para el organismo, salvo que esté contraindicada (en ese sentido es como el deporte), al liberar toxinas mediante el sudor y activar la circulación sanguínea. Las sesiones de sauna siempre se acompañan de contrastes de temperatura, de manera que a la sesión de calor le sigue normalmente una de enfriamiento. Es por ello que las saunas suelen estar cerca de lagos o al borde del mar.
En el caso de la Playa de Ispoinen (Ispoisten Uimaranta en finés), ubicada junto a un barrio residencial de Turku, al borde del mar no falta una buena sauna pública, adonde se accede de la misma forma en que uno accedería a una piscina pública en España: se paga la entrada, te dan la llave de una taquilla, hay vestuarios donde cambiarse, se accede a la sauna con bañador (el respeto es máximo, en Finlandia la gente no entra desnuda en las saunas públicas) y tras un rato puedes salir a tirarte directamente al mar. Al hacerlo no notas el frío del mismo modo que si te bañaras sin haber pasado por la sauna. La sensación es similar a bañarte con un traje de neopreno. Realmente es un gustazo y al salir se queda uno como nuevo. En cualquier caso, la exigencia física de la actividad es patente (en este sentido vuelve a ser similar a pegarse un buen rato nadando en una piscina: sales a gusto, pero el cuerpo lo nota). Resulta curioso, por último, que el agua en el Mar Báltico tiene muy poca sal. Eso hace que parezca más que uno se está bañando en un lago que en la costa, porque, además, la Playa de Ispoinen tiene enfrente la Isla de Hirvensalo, que está tan cerca y es tan grande que no deja ver el horizonte.
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