Jardín Bagh-e Fin

Aunque están un poco alejado del casco antiguo merece la pena llegar hasta el Fin Jardín para admirar el que se considera el jardín persa más antiguo, aunque lo que se observa hoy en día procede en su mayoría del siglo XVI. Un taxi hasta aquí sale baratísimo, y si además compartes no llega a 1€.

Impresiona el juego de fuentes y agua movidos por la propia inercia del tereno, no se utiliza ninguna bomba. Nos ha encantado este jardín donde hemos podido disfrutar, una vez más, de la amabilidad de los iranís.

El carácter histórico se lo otorga la historia del asesinato de un importante ministro Kayarí murió tras un juego de espias que ya quisiera para sí alguna superproducción holliwodiense :-).

El jardín fue construido bajo el reinado de Abbas I de Persia (1571-1629) y es un precioso lugar para relajarse y darte un respiro del fuerte calor en la zona. Tiene casi 2,5 hectáreas y está rodeado de un muro con cuatro torres. En uno de los muros está el hamman que hoy en día es museo.
Los altos cipreses dan mucha sombra y están alineados formando pasillos por donde pasear tranquilamente.
El agua es el elemento principal de estos jardines, ya que hay varios canales circulando por ellos que están alimentados por un manantial a 3 km hacia el sur del jardín.
Este lugar es muy visitado

En nuestra opinión, el jardín fue un poco decepcionante. La zona con estucos pintados están restaurándola y el jardín es patrimonio de la humanidad como conjunto de "jardines persas" no como jardín de forma individual.

Es decir, es patrimonio por la manera de construir este tipo de jardines, no por su belleza. De todas formas está tan cerca de Kashan que es fácil acercarse y formarte tu propia opinión.