Jardín invernadero de la Estación de Atocha

Si llegas en AVE a Madrid, en concreto, a la Estación de Atocha, tienes la oportunidad de ver tu primer jardín de la ciudad en el interior de la propia estación ferroviaria.

En realidad, comprobarás que junto a las modernas instalaciones de la estación del AVE se encuentra el histórico edificio de la Estación de Atocha, donde tras las remodelación realizada por el arquitecto Moneo entre 1985 y 1992, vio sustituidos los trenes por un jardín invernadero.

No dudes en dirigirte al antiguo edificio y te sorprenderá el contraste entre la estructura de hierro que albergó la estación y el frondoso jardín que ahora ocupa un espacio de unos 4.000 metros cuadrados.

En plena Estación de Atocha, junto a las taquillas de Renfe, crece un jardín tropical cubierto que abarca 4.000 m² y con más de 500 especies de plantas (especialmente curiosas son las variedades de plantas carnívoras y las acuáticas) que termina en una balsa llena de peces y galápagos.
Estos últimos son un atractivo para los niños y niñas que curiosamente no levantan la vista ni para echar un vistazo a la altura que alcanzan algunas de las plantas (literalmente tocan el techo del antiguo atrio).

Es un auténtico placer la espera de los trenes a los pies de este jardín humedecido constantemente por vapor de agua, e incluso echar una cabezada (las fotos lo atestiguan); eso sí, es muy probable que te despiertes bañado en sudor, es lo que tiene el trópico.

En todo mi recorrido por España, sus ciudades, sus montañas y volcanes, sus iglesias, catedrales, mezquitas y palacios. Sus ríos y los patos, lo que tiene años y lo que llevó siglos construir y mantener, todo, absolutamente todo, me sorprendió de tal manera que una amiga muy querida no se cansaba de repetir “Marta cierra la boca” y así descubrí porqué me dolían las mandíbulas. Eso si en ningún lugar vi una estación de ferrocarril que tuviese en su interior un Jardín Botánico semejante. Palmeras de mil especies, bananeros, alcornoques, helechos, gigantescos photus como se los conoce popularmente o científicamente scindapsus aureus, dracenas rojas, rosas y verdes, dieffenbachias, spathiphyllum, syngonium, calas, campanillas, lotos, rosas chinas y hasta tortugas de agua.

En la estación madrileña de Atocha, muy cerca de donde se coge el AVE, hay una especie de oasis tropical que contiene unas quinientas plantas. Se trata de una especie de “selva” en el interior de esta mítica estación de tren, donde mucha gente acude a hacerse fotos o a descansar, en un ambiente bastante descontextuado aunque muy agradable.

Me encanta esta zona de la estación, ya que es un sitio único en Madrid, solo comparable a los invernaderos del Jardín Botánico, por cierto, bastante cerca de Atocha.

Hasta este jardín tropical puede entrar cualquiera, no se cobra entrada, aunque a veces algunas zonas están restringidas al público mediante vallas. Hay especies vegetales de cuatro continentes: Asia, África, Oceanía y América. Es impresionante lo altas que son algunas de las plantas.