Jess Café

En nuestra visita a París no podía faltar la degustación de una crepe de nutella, así que de camino al Louvre nos detuvimos a coger fuerzas en este café a orillas del Sena. Y la verdad que nuestra elección fue la mejor que podíamos haber escogido, un lugar tranquilo, donde reposar un ratito, con una decoración muy coqueta y un camarero muy atento.

Si pasáis por ahí y no tenéis claro donde ir, este lugar es un acierto. Los precios no son un chollo, pero por la zona es de lo mejorcito. Y también se puede comer en él, aunque eso no lo probamos.

La última vez que estuvimos en París hace dos años, entramos por casualidad en esta cafetería, acabábamos de salir del Louvre y estaba lloviendo a cántaros, estábamos cansados de estar recorriendo en museo durante toda la mañana y pretendiamos seguir haciéndolo durante toda la tarde hasta que nos echasen de allí, así que no podíamos alejarnos mucho de la zona porque después de comer tendríamos que volver al museo.

Entramos en el café, y la única mesa que quedaba libre era en el sótano al lado de los servicios, a pesar de la ubicación era un sitio tranquilo, no nos molesto nadie en toda la comida, lo malo es que se olvidaron de nosotros, algo que no nos importó demasiado porque lo que queríamos era descansar, y lo hicimos..., durante 3 largas horas, la primera media hora pasó rápido mientras nos fijábamos en la decoración una ventana de madera de estilo árabe y varias vasijas de cobre, junto a un mueble de madera con un centro de flores....Secas, si hubieran sido frescas nos las hubiésemos comido, je.Je, sobre todo cuando el ruido de nuestras vacias tripas era superior al de la suave música ambiente.