Salvando acantilados y otras cosillas
Inverbervie está situado en una bahía totalmente natural y flanqueada por acantilados y rocas, por lo que para unir la ciudad con Stonehaven y Aberdeen por la costa, sin dar un rodeo monumental por el campo a principios de siglo XVIII se contruyó un puente que hacia las funciones de cruce, no obstante habían muchas subidas y las carretera era un poco retorcida en sí misma.
Esto hace que en 1935 se comience y se termine la construcción del nuevo puente, mucho más grande y alto, con más capacidad de carga y sobre todo eliminando la subida existente ya que va de una punta a la otra del acantilado. Una vez tenemos el viejo puente fuera de uso este nuevo puente se convierte en todo un símbolo para este pueblo y se incluye en toda la propaganda turística.
Es alto, da impresión mirar para abajo, pero bonito, lo que se dice bonito, mucho no es. Funcional si que es pero mucho no decora, incluyendo la iluminación del mismo añadida no hace demasiado. Y en esto esta la clave. Al pasar por el mismo ni nos damos cuenta que es un puente, ya que no fue construido para salvar el río, que parece una miniatura cuando se contempla desde la altura, fue construido para mejorar la carretera y eso hace.
Lo curioso es que para apreciarlo hay que ir al puente viejo que está funcional, abandonado y eterno ... por supuesto mucho más estético que su hermano más joven pero también de mayor tamaño.