Diversión atemporal
Parque del Rey Jorge es su nombre oficial, pero todo el mundo lo conoce como Friendly Bay Playground.
Lo que ahora es una bulliciosa pero tranquila extensión de césped con columpios, una rueda de hamster gigante y unas curiosas tallas de animales propios del país que parecen salir de los troncos de los árboles, fue en su momento lugar de esparcimiento de toda la sociedad de Oamaru gracias a una iniciativa que vio la luz allá por los años 50 del pasado siglo.
Resulta ser que el Club de Yates de la entonces decadente ciudad, decidió recaudar fondos para los más desfavorecidos y se les ocurrió la idea de montar una feria ( Carnival en inglés) que congregara a todos los parroquianos de la población y sus alrededores, entre el día de Navidad y el de Año Nuevo.
Funcionó durante varias décadas, ofertando una gran variedad de atracciones como tío vivos, sillas voladoras, un mini tren, e incluso para los más adultos una pista de baile. Los fuegos artificiales que celebraban la llegada del Nuevo Año eran tan famosos que se hacían cientos de kilómetros para poder verlos. Pero la gente se cansó de ver las mismas caras y faltó voluntad para seguir adelante, así que de repente lo que era un lugar de obligada cita anual se convirtió en el parque que hoy vemos.
Su situación frente a la bahía lo convierten en un buen sitio para descansar un rato después de kilómetros al volante y dejarse arrastrar por los hipnotizantes colores del mar y tomar el pulso a una ciudad que a ratos parece dormida.
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