Agustina Larrosa
Un lugar donde el tiempo fluye lentamente
Dejarte seducir por Sigüenza y todos sus encantos es una experiencia única y absolutamente inolvidable, su catedral, la alameda, el castillo devenido en Parador, el convento, etc.
Cada rincón de este pequeño pueblo medieval nos cuenta una historia y nos hace viajar en el tiempo.
Hermosamente conservado, con su calma que te envuelve e invita a perderte por sus calles para disfrutar los sonidos, los aromas, las maravillosas vistas.
Una caminata por la Alameda, lugar en el que uno se siente en paz mientras pasea y puede ser testigo de momentos mágicos como partidos de bochas de un grupo de abuelos.
En otoño, los álamos dorados y los arboles rojizos son un espectáculo en sí mismos.
No dejen de visitarla y tomarse el tiempo de comer en alguno de sus excelentísimos restaurantes como Nola ó el Docel. Espero volver pronto, una parte de mi corazón quedó allí.
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