al amor de las piedras
A un par de kilómetros (si llega) de Villajoyosa, dirección Alicante, hay una sucesión de calas entre acantilados. Una de ellas es la Playa La Caleta, junto a un gran hotel (el coche se puede dejar en el parking de la parte de atrás del edificio, y de ahí arranca un sendero cortito que desemboca directamente en la cala).
Estas son playas de piedras, infinidad de piedras de todos los tonos, bien redondeadas por el mar. No es excesivamente molesto si vas calzado, aunque supongo que en verano puede ser un poco incómodo, pero desde luego este es el aspecto que deberían tener la mayoría de playas de la zona, que hoy en día se han acondicionado con arena traída de los fondos marinos, o de otras partes. Es, pues, un medio mucho más natural. Además, a mi personalmente contemplar todas estas piedras y examinarlas es un juego entretenido. Sus formas redondeadas, casi perfectas en la mayoría de los casos, aportan paz, tranquilidad, y un recordatorio del poder del agua, del mar, de sus corrientes, de la Naturaleza en definitiva, capaz de moldear un material tan duro como el granito o el mármol. Os dejo un pequeño vídeo con la imagen y el sonido, que espero que disfrutéis :-).