ANADEL
El servicio es amable, y el local por mis acompañantes, suficiente para salir del paso.
La decoración es interesante, parece un local de hace 60 años, imagino que serían así, lástima que la música y las voces anulen la tranquilidad a la hora de comer, opino que si la gente no es silenciosa hay que apagarla.
En cuanto al menú es asequible, pero yo no acerté, la crema de marisco no sabía a tal, y las costillas a la miel, eran tres huesecillos y poco más.
El servicio es amable, y el local por mis acompañantes, suficiente para salir del paso.
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