Calidad y cantidad divinas
Siempre que visito la zona, el sábado es sagrado comer en este lugar: platos más elaborados e innovadores, distinto ambiente, gente joven a cargo del negocio y un marco alegórico.
Pastel de setas, rollo de bonito, cachopo, pote de castañas, variado de postres y buenos vinos. Remarco que el trato es de lo mejor del lugar.
Una pasión. Que me dura ya 8 años.