Magnífico y precioso descubrimiento
Esta brasserie fué declarada Monumento Histórico en 1964, y es uno de los mayores atractivos de la ciudad según mi parecer, una verdadera joya.
Inaugurada en 1895, está emplazada frente al magnífico teatro Graslin, y no hay que dejar de entrar para descubrir y admirar cada detalle art decó que sigue perfectamente conservado. Aquí se han rodado películas y han pasado por sus salones innumerables artistas de distintas disciplinas.
En cuanto a la comida, excelente, el servicio lento, y el ruido de la puerta de la cocina insufrible ( cambié de mesa), pero el tartar, el bacalao o el postre, muy, muy bien.