Delicias de mar y tierra
Como ya he escrito otras veces, en pocos lugares se ve de una manera tan clara y sabrosa la fusión de los productos de la tierra y el mar como en Tenerife. Y si decidimos catar las excelencias de la cocina canaria, centrándonos en los frutos que nos regala el mar, siempre aconsejo a nuestros visitantes que acudan a una cofradía de pescadores, porque es donde realmente se aprecia y degusta el sabor de un pescado fresco recién sacado del océano, o las excelencias de una gastronomía única que es mezcla y amalgama de los diferentes pobladores que eligieron Canarias como su lugar de residencia desde hace siglos.
La Cofradía de las Caletillas es uno de esos lugares que por su calidad y sobre todo por su cercanía tanto al mar, como a la capital de la isla, atraen a muchísimos tinerfeños y por supuesto a visitantes que de paso, o por el boca-oído, llegan al restaurante atraídos por la fama de una cocina variada y sabrosa.
Dos estrellas ocupan la extensa carta del local: el exquisito y delicado mero canario y la gran bandeja de pescado frito variado que incluye cabrillas, la siempre sabrosa y fina vieja o las deliciosas salemas. Esos son los puntos fuertes, pero alrededor de estos dos soles, giran otras estrellas que completan un menú gustoso y variado, como el salpicón de pulpo o atún, los calamares, el cazón en adobo, el queso a la plancha con mojo, las lapas, chipirones y gueldes, o el canarísimo escaldón de gofio.
Si nos queda algo de espacio en nuestro lleno y feliz estómago, pidamos una sabrosa tarta de requesón y melocotón o un sabroso tiramisú, postres caseros y hechos con cariño.
Sin duda un estupendo final para una experiencia gastronómica sabrosa, sana y auténticamente canaria.


