Un curiosa leyenda
No sabía de la existencia de este sarcófago, conocía la dama de Elche y la de Baeza y al visitar el Museo de Cádiz y encontrarme de bruces con los sarcófagos fenicios más conocidos de la ciudad se produjo un flechazo.
En general, todo el Museo de Cádiz es una maravilla, un lugar que pasa despercibido pero que contiene verdaderas joyas arqueológicas, pictóricas, etc...
La Dama de Cádiz es una talla de grandes dimensiones que representa una serena imagen femenina realizada en mármol y que se sitúa junto a otra del mismo tamaño masculina en una de las salas centrales del Museo.
Su importancia radica en su historia, ya que este sarcófago tuvo en vilo durante toda su vida al descubridor de la tumba masculina. buscó y buscó, empeñado en que su interior le decía que existía. Al final se rinció, se marchó a Tetuán y allí murió. Al cabo de los años, un obrero mientras realizaba excavaciones removiendo tierra para una remodelación de un edificio topa con una piedra. Y así, aparece la Dama de Cádiz!
La historia parece sencilla, pero..., lo más interesante de este historia es que ¡la casa era la del arqueólogo Pelayo Quintero!, osea, que estuvo viviendo encima de la tumba y se dedicó a hacer excavaciones por otro lugares... cuando uno de los trabajadores del Museo me contaba la historia no podía dejar de pensar en la historia de Santiago, el joven pastor de El Alquimista :-).
