Te envuelve su tranquilidad y te das cuenta lo pequeños que somos ante la naturaleza, esta lleno de pequeños pueblos con un aire medieval, hay trozos en que las carreteras son ten estrechas que solo puede pasar un coche, y unas vistas que de vez en cuando te hacen "temblar"
Situada en el sureste de Francia, desde España, la mejor entrada se encuentra en la ciudad de Millau y desde allí, remontar el curso del río Tarn, hasta alcanzar el pueblo de Le Rozier.
A mitad de camino, a la altura de Vignes, recomiendo desviarse para ascender al Point Sublime (Punto Sublime), un mirador desde donde se puede ver el cañón del Tarn.
Las gargantas se pueden recorrer en coche, caminando, en bici e incluso descender en canoas.
Excelente destino si se desea practicar deportes de aventuras.
Con base en Millau se puede hacer un recorrido de un día por la garganta fluvial del río Tarn, con vistas fantásticas. A lo largo del río hay pueblos que merecen la pena visitar (sobre todo Sainte Enimie, con sus callejuelas) y miradores (Pas de Soucy en la misma carretera y el Point Sublime, en la meseta caliza o causse). La Malène es el pueblo indicado para hacer un descenso en canoa (trayecto de 8 km), bañarse en el río y apreciar mejor desde el río la garganta del Tarn.
Sus tranquilos y auténticos pueblos vertebrados por la Garganta del Tarn es una experiencia impactante.
Parece que el tiempo se ha detenido en un pasado lejano, lejos de la bulliciosa París, Marsella... La gente es acogedora; te ayuda a recorrer los lugares más interesantes sin perderte nada.
Parte del recorrido del Tarn y buitres volando por la zona, muy bonito; Además tienes un snack bar para tomar un refresco.
