Diana Patricia Montemayor Flores
El tiempo no perdona
Escondida en las montañas, la vieja y descarcarada Hacienda de Rinconada fue durante siglos una parada obligatoria de diligencias, carruajes, caravanas y de los viajeros que llegaban a Monterrey desde la ciudad de México a través del sinuoso Camino Real de Saltillo. Fue edificada en 1825; sus arcos muestran la influencia sefardita (judeo-española) y mudéjar, propios de los primeros inmigrantes de Nuevo León.
Quedan solo restos de un pasado remoto de ese lugar. Se encuentra en Rinconada, un antiguo y pequeño de García NL, en el km 60 de la carretera Monterrey Saltillo.
Nosotros nos fuimos
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