Carmen Gil
La Sierra de Grazalema aparece en otra de las escenas de José María Hinojosa, El Tempranillo. Este famoso bandido que ha sido durante mucho tiempo el control exclusivo de las carreteras de la Sierra Morena, llevaba la recaudación de impuestos, y logró ser popular entre la gente humilde. Cuenta la leyenda que sus crímenes tenían un carácter social y que robaba a los ricos y distribuía el dinero a los agricultores pobres. Hay una especie de capilla local de Robin.