La Mallorquina

Esta pastelería tiene más de 100 años, concretamente se inauguró en 1894, su nombre le viene dado por el origen mallorquín de su fundador, Juan Ripoll, cuya familia vendió el negocio durante la guerra civil a sus actuales propietarios. Cuando pasas por allí te llega el olor de sus napolitanas rellenas de crema (siempre recién hechas), también destacar sus trufas de chocolate y sus tartas, todo ello con una buenísima relación calidad-precio. En el piso superior hay un salón donde poder tomar un café con cualquiera de estos pasteles y tartas.

Fatal fatal. Solo hablamos con dos camareros, y los dos fueron bastante maleducados. Pregunté por tostadas con tomate natural y el hombre que nos atendió en mesa (primera planta) me dijo bordemente que ellos no tenían ni tomate ni pan. Personas que no les guste lo super dulce abstenerse, porque no hay alternativa. Finalmente pedí un croasan, y por supuesto hay que reconocerles que la bollería esta espectacular, pero si queréis probarla recomiendo comprar en el piso de abajo lo que os apetezca y no subir arriba porque no vale la pena. El café con leche a 1'70€, que no me importa pagarlo si por lo menos fuese buen café.

Situado en pleno Sol!! Unas de las mejores pastelerías que te podrás encontrar.
Variedad infinita, un trato muy bueno.

La Mallorquina es la cafetería, pastelería más famosa de la Puerta del Sol.

Sus napolitanas de chocolate me encantan.