La entrada a la ciudad
Parte del encanto de Essaouira se encuentra en la zona del puerto y de la Sqala donde se produce una mezcla increíble de estilos arquitectónicos. Por un lado tenemos el puerto de los pescadores con su tipismo, sus preciosas barcas azules, por otro lado, el marrón imponente de las murallas y el bastión de la Sqala, una construcción de finales del XIX diseñada por un arquitecto francés especializado en "bastides" (ciudades amuralladas) y en medio del conjunto, La Puerta de la Marina, de acentuado estilo inglés.
Esta puerta nos adentra en la preciosa medina de Essaouira y sigue una línea arquitectónica de una singular belleza que desemboca en las islas purpurinas.
El acceso a diferentes tramos de la ciudad a través de puertas que parecen capas del tiempo, es una característica de esta ciudad que hace que el viajero vaya descubriendo un lugar tras otro de manera expectante.
Llegas al puerto, el azul te da la bienvenida, las gaviotas, la muralla, cruzas la puerta y de golpe, la imagen de la medina golpeada por las olas del atlántico, los puestos de comida..., y así, sucesivamente.
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