Tranquilidad y buen hacer
Mary es la persona que consigue eso y mucho más en su precioso y cuidado hotel. Buscaba paz interior la primera vez que acudí a su casa y así fue. Después he estado dos veces más y ambas sólo han hecho que confirmar mi primera impresión.
Es un hotel lleno de encanto y de comodidades. Estás en tu casa, pero todo te lo dan hecho y de qué manera y con qué gusto.
Magnífica cocina en los desayunos absolutamente espléndidos que prepara Mary. La noche anterior puedes pedir lo que desees y a qué hora¡¡¡!!! La primera vez que ves la mesa preparada, te parece un cuadro y así ha seguido siendo cada vez que he desayunado en La Rochera ¡Espectacular!
Hay buena cocinera y buena anfitriona, sin ninguna duda.