Luego de haber recorrido mucho mundo en...
Luego de haber recorrido mucho mundo en bus, llegar por primera vez a la estación de autobuses de una ciudad es fundamental para intuir cómo se viaja por ese país que estás a punto de comenzar a descubrir. En el caso de Bogotá (desde donde partí a recorrer buena parte del norte de Colombia) ‘La Terminal’, como la llaman, me sorprendió agradablemente. Limpia, muy organizada y muy segura, custodiada por policías, con cajeros automáticos, restaurantes y tiendas donde comprar comestibles, la estación tiene cómodos sillones donde esperar la salida de tu bus.
Los viajeros que usan el bus para trasladarse de un lado a otro me entenderán perfectamente: Viajar por la mayor parte de Sudamérica (especialmente Bolivia, Perú y Ecuador) es una tortura. Para ellos va este rincón: ¡Colombia tiene un excelente transporte público! Entre las distintas empresas de autobuses yo me hice fanática de COPETRAN, una compañía que llega a 100 destinos en Colombia y cuyos buses son magníficos. Limpios, con baños incorporados, asientos reclinables hasta casi convertirse en camas y ventanas amplísimas. Como si esto fuera poco, los precios son muy razonables y los vehículos salen y llegan siempre en horario. Tanta perfección sólo tiene una contra. Tal vez orgullosos del buen sistema de aire acondicionado, los choferes lo ponen al máximo y te congelas. Así que toma tus recaudos y lleva abrigo.