Lago Jökulsárlón

El Lago de Jökúlsárlon es uno de los rincones más mágicos, no de Islandia, sino de todo el mundo. Ver los icebergs flotando en ese lago-glaciar, a las focas apareciendo entre ellos y poder recorrerlo en esas barcazas es una de las grandes experiencias que uno se lleva de un viaje a Islandia.
Pero queda una sorpresa más a escasos kilómetros del lago... La playa de arena negra a donde van a parar los restos de los icebergs, los cuales llegan hasta la misma orilla del mar.

El espectáculo de encontrarse rodeado de trozos de hielo transparentes posados sobre una arena negrísima es una de

Salimos de Hof I dirección Jökulsárlón, el mayor y más conocido lago glaciar de Islandia. Está situado en el sureste del país y se caracteriza por estar repleto de icebergs procedentes del vecino glaciar Vatnajökull. El lago se encuentra al lado mismo de la ring road. Tiene una superficie de 18 km² y unos 200 metros de profundidad en su punto más hondo.

Las aguas del lago Jökulsárlón desembocan en el mar y allí terminan los enormes bloques de hielo. En este lugar se han rodado escenas de varias películas como Tomb Raider o James Bond. Pueden verse focas y varias especies de aves marinas.

La Laguna Jökulsálón está formada por el glaciar Breiömerkurjakull que es una de las lenguas del gran Vatnajokull.

Se encuentra hacia el suroeste de Islandia y para llegar a ella hay que recorrer extensos desiertos de lava solidificada y plagados de bombas volcánicas, lo que dan al trayecto un interés especial.

Se puede realizar un paseo por la Laguna con unos botes anfibios, también con lanchas zodiac. Los anfibios no tienen un horario fijo por lo que la mayoria de las veces esperan a tener un número determinado de viajeros y esperan hasta la llegada de algún autocar de turistas, sin embargo las zodiacs tienen salidas mucho más frecuentes, además el paseo con la zodiac permite acercarte más a los icebergs.

Un frío glacial nos envuelve, y eso que estamos en agosto; más parece que estamos en Groenlandia o en el polo sur en pleno invierno.

Sin embargo estamos en el sur de Islandia, en esta laguna que conjuga el agua en todas sus formas: hielo, lluvia, nieve...Naves fantasmas que navegan sin rumbo fijo o que más atrevidas se dirigen directamente al mar, donde se fundirán con el agua salada. Pequeños icebergs o grandes bloques de hielo que se desprenden de las lenguas de los glaciares y que se convierten en mantequilla bajo la acción erosiva del viento y del agua que juega con ellos para esculpirlos en mil formas antojadizas.