Roberto Gonzalez
Joya escondida
En una ocasión escribí un rincón sobre las bondades y maravillas de Montaña Amarilla en el sur de Tenerife. Pero me quedó algo en el tintero, y son sus magníficas piscinas naturales.
No están exactamente bajo la gran piedra amarilla, sino que hay que continuar caminando por uno de los múltiples senderos que parten y llegan hasta ella. Como a unos 100 metros, una de las veredas empieza a caer al mar y nos lleva directamente a este pequeño paraíso de agua y roca volcánica.
El poderoso sol del sur de la isla hace brillar las transparentes aguas que refulgen cuando los rayos tocan el fondo.
Leer más
+6