Las Ramblas

Visitar las RAMBLAS pudiera parecer describir un RINCÓN sumamente común y falto de originalidad, pero para muchos viajeros, es y seguirá siendo un paseo maravilloso. Podremos visitarlo una y otra vez y continuaremos manteniendo esa fascinación que sentimos la primera vez, cuando las conocimos.

En lo personal conocí Barcelona y sus Ramblas en el año 1976. En esa época, España era España...Y Cataluña era menos Cataluña que hoy. A decir verdad, para los extranjeros que visitamos Barcelona es un poco difícil entender que visitas un sitio con doble personalidad; pero eso es parte del encanto de esas tierras.

Las Ramblas lo tienen todo, por algo Hemingway se refirió a ellas como la calle más bella del mundo.

No sólo la arquitectura, sino a resaltar su vida urbana, en la que no podían faltar entre otras muchas actividades: las carrozas, típicas en centros históricos y que a paso de caballo, en un bello carruaje se recorre el eje que une la Plaza Cataluña con el Monumento a Colon.

Apropiado para noches veraniegas, en plan romanticón; aunque el paseo puede hacerse en horas diurmas y durante las distintas estaciones del año.

La ciudad de Barcelona, que se ubica a orillas del mar Mediterráneo, es un cóctel de lo moderno y lo antiguo. Desde los edificios pintorescos en el Barrio Gótico hasta la arquitectura moderna del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, hay algo para todos en Barcelona.
La música que filtra desde los restaurantes y las tiendas hasta las calles da vida a las Ramblas, que son siempre llenas de turistas. Aquí, podemos encontrar el Barrio Gótico, que es la parte este de las Ramblas. Allí, una vista que no deberías perderte es la esplendorosa catedral de la ciudad, donde puedes subir la torre para tener una vista panorámica al resto del barrio.