La cuna de la antigua Monoikós
En lo alto de la sagradísima roca de Mónaco, mucho antes de que se construyera el castillo de opereta que hoy preside la Place du Palais, se alzó hace miles de años un templo que honraba al héroe griego Hércules.
Precisamente de ahí viene el nombre del principado. Mucho más tarde, y tras pasar por manos romanas, ligures, sarracenas y demás pueblos mediterráneos, llegó a la Edad Media como uno de los lugares más codiciados por los estrategas europeos. Su bahía y puerto, al abrigo de vientos y tormentas y sobre todo la Roca, eran lugares de valor incalculable para controlar la zona sur de Francia.