E.Sonia Requejo Salces
El magnetismo de la mar
Su costa nos invita a pasear, comenzamos a andar y sin darnos cuenta llegamos al siguiente pueblo. Encontramos a sus habitantes encalando la iglesia, pintando sus casas y rehabilitando casas que serán futuros hoteles fuera de la capital.
Ya de regreso, pescadores preparando sus pequeños botes y redes. Decidimos subir a la parte alta de Symi (Horío) a través de cuestas, escaleras y callejones y a su vez conociendo a sus habitantes, la mayoría en sus casas por el calor o en las plazas a la sombra compartiendo momentos como aquí se hacia no hace tanto verdad.
Nos guiamos por los
Campanarios azules que nos atraen como magnetismos, hacia sus blancas iglesias pintadas junto a sus escaleras, que con el brillo del sol nos hacían dudar del siguiente escalón.
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