Los lazaretos

Al final del siglo XVI, los intercambios y las relaciones políticas entre los venecianos y los turcos son bastante tranquilos, por lo cual la ciudad de Split se convierte en un importante centro de negocio con las tierras musulmanas que no tenían acceso al mar y compraba en Split lo necesario para alimentarse y desarrollarse. Con la iniciativa de un negociante judío de origen español, Daniel Rodrigo, y con la autorización del poder central veneciano, se empezó a construir una serie de lazaretos.

Estaban cera de la torre sureste del palacio de Diocleciano, y eran un grupo de edificios con bodegas portuarias para diversas mercancías.